lunes, 28 de abril de 2008

El gobierno de los zares estaba corrompido a causa del feudalismo que privaba en el país y esta corrupción quedó patente cuando el ejercito ruso no pudo afrontar la guerra contra Alemania.
En 1917 hubo numerosos disturbios en Perogrado, el ejército se negó a reprimir las revoluciones populares y el gobierno de los Romanof cayó definitivamente.
Los demócratas querían establecer un gobierno constitucional y las potencias aliadas lo reconocieron. Pero los socialistas, que estaban organizados en un consejo de soldados y obreros llamado Soviet, derrocaron al jefe de los demócratas, Kerenski, y se estableció el gobierno socialista.
En el soviet dominaban los bolcheviques cuyo principal jefe era Nicolás Lenín, que preconizaba el establecimiento del comunismo, la anulación de la propiedad privada, y el que Rusia retirara de una guerra que sólo beneficiaba al capitalismo.
En 1918 Rusia firmó con Alemania la paz de Brets-Litovsk; después de esta paz, Rusiamania también capituló y poco después Austria invadió Italia.